martes, 8 de marzo de 2016

CCOOALFAFAR OS DESEA UN BUEN Y REIVINDICATIVO 8 DE MARZO


Chicas, como todos los años, desde CCOOALFAFAR, os deseo un buen y reivindicativo día de la mujer trabajadora. Además aprovecho, también como todos los años, para recordaros que en Valencia, en el Parterre, a las 19:30 horas, hay convocada una manifestación, en defensa de las políticas de igualdad, por la eliminación de todas las formas de discriminación y violencia contra las mujeres. Ni que decir tiene que falta hace que nos manifestemos por estos objetivos, sobre todo si tenemos en cuenta que en nuestro país, en 2015, el salario medio de una mujer tendría que incrementarse en un 32% para equipararse al de los hombres ; de los contratos laborales realizados a mujeres el 91,20 % fueron temporales ; un 53,44 % del paro registrado corresponde a la población femenina y, como broche, durante el año pasado 59 mujeres murieron asesinadas por su expareja.

Resumiendo, un panorama desolador en el que a la mujer no sólo se la relega al paro o a la precariedad laboral, sino que, para colmo, es víctima del terrorismo machista cuando quiere ser libre.

Con frecuencia he cerrado la entrada del 8 de marzo en este blog acudiendo a Eduardo Galeano, autor que siempre ha tenido una sensibilidad muy especial hacia la mujer. Normalmente he puesto frases o relatos con un tono entre cómico y mordaz, pero en esta ocasión voy a cerrar con un micro-relato muy dramático que encontré en “Mujeres”, último libro del autor uruguayo editado en nuestro país. En este libro, de lectura más que recomendable, me encontré con Delmira Agustini, una más de esas miles de mujeres a las que por vivir libremente acaban segándole la vida. Con su historia termino la entrada de este año, dedicad unos minutos a su lectura que os adelanto que vale la pena.

Delmira

En esta pieza de alquiler fue citada por el hombre que había sido su marido; y queriendo tenerla, queriendo quedársela, él la amó y la mató y se mató.
Publican los diarios uruguayos la foto del cuerpo que yace tumbado junto a la cama. Delmira abatida por dos tiros de revólver,desnuda como sus poemas. Las medias caídas,toda desvestida de rojo.
--Vamos más lejos en la noche,vamos...
Delmira Agustini escribía en trance. Había cantado a las fiebres del amor sin pacatos disimulos y había sido condenada por quienes castigan en las mujeres lo que en los hombres aplauden,porque la castidad es un deber femenino y el deseo,como la razón un privilegio masculino. En el Uruguay marchan las leyes por delante de la gente,que todavía separa el alma del cuerpo como si fueran la Bella y la Bestia. De modo que ante el cadáver de Delmira se derraman lágrimas y frases a propósito de tan sensible pérdida de las letras nacionales,pero en el fondo los dolientes suspiran con alivio: la muerta muerta está y más vale así.
Pero ¿Muerta está?¿No serán sombra de su voz y eco de su cuerpo todos los amantes que en las noches del mundo ardan?¿No se harán un lugarcito en las noches del mundo para que cante su boca desatada y dancen sus pies resplandecientes?”

Eduardo Galeano
Mujeres.